Volviendo a lo de la receta esta semana claro que si cociné. Hice dumplings, unos calamares con salsa verde que quedaron buenísimos y pinchos de frutas, sandwiches de jamón con queso y como mil quequitos con lustre blanco y figurillas de colores para el cumple de mi persona favorita, mi hijo que cumplió 5 años el lunes pasado. Ya se me hizo grande. Estuvo de fiesta como 3 días y si fuera por él sigue, quien no, entre regalos, amiguitos, globos, queque y helados. Que rico que era ser chiquitillo verdad, cuando lo mas complicado era si a un carrito de juguete se le caía una llanta o si se le perdía el zapato de nuestra barbie favorita.
En la casa aún quedan globos, serpentinas y confeti del "ataque sorpresa" de hace unos días, pero como él mismo dijo, que rápido se pasó el cumpleaños, que rápido pasa el tiempo en general. Todavía me parece que fue ayer cuando yo estaba enormemente embarazada camino a la clínica a punto de tener al gordillo y ahora tengo en mi casa a un bichillo que no para de hablar, de preguntar y de brincar por todo lado con carros, soldados y robots. Me tropiezo con juguetes, llego cansada del trabajo y me encuentro una colonia de dinosaurios invadiendo mi cama o la mesa de la sala convertida una pista, y me pongo a pensar en el desorden, pero justo hoy me doy cuenta de la suerte que soy de tener a esta personita en mi vida, que juega, que se ríe, que se enoja conmigo cuando lo regaño, pero me dice que me ama antes de dormirse o cuando se levanta, o cuando no esta muy ocupado jugando. Y me siento dichosa. Y le doy gracias a la vida por permitirme celebrar 5 años seguidos de pura felicidad.
Que sean muchos mas!
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